estos días me gusta imaginarme como cameron diaz en the holiday. en concreto pienso en esa escena en que amanda llega al frío english cottage que ha intercambiado con una desconocida por internet, se mete en la cama con gorro y guantes y se dedica a ver tráilers de películas clásicas acompañada de una bandeja con aceitunas, pan y vino (que calculo que es lo que los americanos consideran una merienda europea media).
algunas de las muchas diferencias entre ella y yo son que yo estoy en galicia en casa de mi padre, confinada hace tres días en mi cuarto por ataque indistinguible de alergia o gripe, viendo la nueva temporada de love is blind en el portátil del trabajo y con un vaso siempre efervescente de fluimucil forte en la mesilla. y, por qué no decirlo, sin posibilidades siquiera remotas de conocer a un joven padre viudo con la percha que tenía jude law allá por 2006.
entonces se me ha ocurrido adjuntar a esta carta una referencia visual para que pudierais entender cómo me gusta imaginarme, y luego imaginar la facha que en realidad tengo con la cara pelada de nariz a labios y las ojeras por los suelos.
googleo cameron diaz the holiday y no hace falta refinar más la búsqueda:

inmediatamente después de pegar aquí la foto he pensado, ¿para qué, si todas las lectoras de este blog saben perfectamente a qué escena me refiero? and that’s when it hit me — ¿y si no?, ¿y si hay quien aún no ha visto esta película? o peor, ¿y si hay quien no ha visto ésta ni ninguna otra comedia romántica? aún más terrorífico, ¿cabe la posibilidad de que alguien esté excluyendo deliberadamente y al completo este género de su lista imaginaria de películas que ver antes de morir?
si eres de los primeros estás de suerte, mi pequeño regalo de reyes para ti es una invitación a quedarte en casa una de estas frías tardes de invierno para disfrutar de the holiday por primera vez, está en netflix. si eres de los últimos, tenemos que hablar.
*aviso a navegantes, se viene una defensa de la comedia romántica que aún no sé bien a dónde va a llevar.*
se me ocurren sólo un par de motivos para querer vivir una vida sin comedias románticas, y sobre ambos tengo algo que decir:
el primero es que te parezcan demasiado tontas. demasiado tontas en un sentido que no recoge el diccionario, supongo. por superficiales, prescindibles, predecibles o inútiles. demasiado tontas porque puedes pensar que no profundizan mucho en nada, que tienen todas la misma estructura, que están llenas de tropos o que siempre terminan bien.
pero déjame preguntarte algo: ¿qué problema hay con eso?, ¿con dedicar una pequeña parte de nuestra vida a empaparnos de historias donde todo sale bien?, ¿con dar una oportunidad a los finales felices?, ¿o apostar por las películas que ya sabemos cómo van a terminar?
quiero decir, una vez que como generación hemos entendido la problemática estructural de las relaciones tradicionales de pareja y hemos conseguido escapar de la maldición de las princesas disney, ¿por qué no podemos emocionarnos cuando meg ryan y tom hanks se cogen de la mano para subir a ese ascensor en la cima del empire state building?
el segundo motivo por el que creo que podrías estar resistiéndote a estas películas es porque el género te parezca demasiado comercial. pero la verdad, no estoy segura de que exista tal cosa. el único sinónimo que se me ocurre de comercial es accesible, y no hay nada que pueda ser demasiado accesible, ¿no?
y mira que empatizo con el tesón por diferenciarse, por encontrar algo que decir sobre algo sobre lo que nadie más tiene nada que decir. pero qué quieres que te diga: si puedes disfrutar de una película de haneke en versión original no subtitulada en una proyección independiente de tu barrio pero no lloras cada navidad viendo a emma thompson romper ese envoltorio que no esconde aquel collar de £270, no me fío.
quizás éste sea el único propósito posible para el 2025: vivir como si fuéramos el main character de un guion de nora ephron. tomarnos menos en serio, meternos hasta el cuello, hacerlo por la anécdota. arriesgarnos a terminar como julia roberts en la boda de mi mejor amigo, y hacer caso al sabio de george en aquella escena final:
Maybe there won't be marriage; maybe there won't be sex...
But, by God — there will be dancing.
mi top 10 para quien se quiera embarcar en este maravilloso mundo, o darse una vuelta más:
La boda de mi mejor amigo
Notting Hill
Cómo perder a un hombre en 10 días
Serendipity
Bajo el sol de la Toscana
Novia a la fuga
Algo para recordar
Tienes un email
Mientras dormías
Cuando Harry encontró a Sally
Las he visto todas, como digna madre de mi hija, jajajaja.
Ahora yo también quiero mi final imperfecto mas perfecto aunque no sea como esperaba!!
La canción "Maestro" de Hans Zimmer es mi Mariah Carey en Navidades ☃️❄️