📓 Registro
Hoy pongo fin a la primera semana de El camino de la escritura. Eso significa que es momento de hacer el registro. El registro es básicamente una autoevaluación al final de cada semana, un momento de parar y reflexionar sobre cómo ha ido el camino, qué herramientas hemos usado, cuáles nos han servido, cómo nos hemos sentido. Para hacer el registro semanal, Julia Cameron propone algunas preguntas que procedo a responder:
¿Cuántos días has hecho tus páginas matutinas esta semana? ¿Has sido capaz de ponerte con ellas enseguida y escribirlas sin interrupciones o distracciones?
Puedo decir orgullosamente que todos los días desde el viernes pasado he dedicado alrededor de 20 minutos al despertarme para escribir a mano los pensamientos que me van llegando. Me suena el despertador a las 8:00AM, me preparo un café y me pongo a escribir. Me ayuda a ordenar el día, a priorizar, a soltar algunas rumiaciones y a aclarar algunas ideas.
Si te sirve un consejo, hace unos meses me hice con un despertador para poder dejar el teléfono fuera de la habitación y que la primera cosa que hago por la mañana no sea desbloquearlo y revisar las notificaciones - también escribo antes de coger el móvil por primera vez en el día, y eso ayuda.
¿Has organizado tu cita con el artista? ¿En qué consistió? ¿Qué tal fue? ¿Sentiste sincronía, optimismo, la sensación de un poder superior benévolo o las tres cosas?
Esta semana planeé ir al cine sola el sábado por la mañana. Mi sorpresa fue que al llegar allí los cines estaban cerrados y tuve que darme media vuelta con las mismas. Aproveché para ir a desayunar sola a una cafetería que me gusta y dar un paseo. Retomé mi plan de cita el miércoles y, ahí sí, conseguí ver Las chicas están bien - me ha gustado mucho, la recomiendo.
De momento no he sentido ninguna sincronía ni he presenciado ninguna magia especial (aunque sé que llegará, ya lo he vivido en otras ocasiones durante El camino del artista).
¿Has dado tus paseos? ¿Has sido capaz de caminar a solas y sin distracciones? ¿Has probado a plantearte una pregunta al salir para ver si regresas a casa con una respuesta?
Me he puesto como objetivo dar 6k pasos al día. Sé que no son muchos (mañana con la Semana 2 empezaré con 7k), pero con la rutina de teletrabajo que llevo menos daba antes. Los paseos no los estoy dando sola, por lo menos de momento, siempre me llevo a Nala. Lo que sí he intentado es, al final de las páginas matutinas, formular una pregunta que inmediatamente me llevo al paseo de la mañana. Me parece a veces oír alguna respuesta, pero todavía me cuesta sintonizar y recordarlas al volver a casa. Estos paseos también los doy antes del primer desbloqueo del teléfono.
¿Has alcanzado tu cuota diaria? ¿Cuántas páginas llevas de tu proyecto? ¿Te hace ilusión comprobar que la cantidad de páginas va aumentando?
Cuando empecé la Semana 1 del camino, decidí conscientemente no establecer ninguna cuota diaria de escritura para mi proyecto - entreoctubres -. Solo unos días después y ya se ha demostrado ser un error: mañana es viernes y tengo una boda, lo que significa que no sé cómo estaré el sábado para escribir mi newsletter semanal. Si hubiera establecido una cuota diaria, ahora tendría varios borradores para revisar y programar para este sábado, y no estaría (como estoy) estresada con el tema.
Así que este es mi nuevo objetivo para la Semana 2: empezar con una cuota diaria. 20 minutos al día en cualquier momento para escribir borradores me parecen suficientes por ahora.
🔒 Comienza por dónde estás
Lo que escribo es importante, pero el hecho de escribir lo es más.
El camino de la escritura, Julia Cameron
Hoy es jueves. Son las tres y media de la tarde. Estoy en casa, sentada en el escritorio del estudio donde suelo trabajar. Fuera hace un día soleado. Estoy tomando un café de cápsula con leche y dos pastillas de estevia en mi taza favorita, transparente y gigante. Estoy vestida porque he salido hace un rato a la calle a hacer algunos recados, pero descalza y con calcetines.
Esto es lo que propone Julia en los ensayos de la Semana 2: si no sabes por dónde empezar, comienza por dónde estás. Si no sabes cómo escribir o de qué, simplemente siéntate y hazlo. Empieza por describir dónde estás, lo que ves, lo que sientes. Confía en esos primeros pensamientos que surgen, en tu instinto, y deja que una idea vaya sucediendo a otra.
La clave de todo está en la constancia, en construir una rutina para poder ir destruyendo uno a uno todos los mitos de la escritura: deja de cuestionarte, erradica el perfeccionismo, deja a un lado el escepticismo y aprovecha el tiempo. Sé humilde, pon el listón bajo, escribe con moderación. Y sé responsable, cumple con tus cuotas diarias, ten tus citas semanales.
Escribí sobre algo parecido en julio en el post que os dejo por aquí, sobre cómo me llegan normalmente esos primeros pensamientos, sobre cómo se van expandiendo las ideas, sobre la trampa del perfeccionismo y sobre la importancia del ejercicio de la escritura:
A algo así se refiere Julia cuando repite su mantra al universo en forma de oración: «Ocúpate de la calidad, y yo me encargaré de la cantidad».
🖋️ Tareas
Cada semana, además de las herramientas básicas (que deben continuar en la Semana 2), Julia propone unos cuantos ejercicios para trabajar nuestra práctica. No hace falta hacerlos todos, aunque si mal no recuerdo ella recomienda hacer por lo menos uno que no nos apetezca y uno que sí.
Os los dejo por aquí, sin saber aún cuáles elegiré yo:
Solo veinte minutos: a veces, para escribir lo que más cuesta es arrancar. Esta semana pon la alarma para veinte minutos después. Prométete a ti mismo que, una vez transcurridos «solo» veinte minutos, puedes parar. Comprueba cómo funciona esto. ¿Te ayuda a arrancar esta herramienta? Una vez que empiezas, ¿tienes ganas de continuar pasados esos veinte minutos?
Perfeccionismo: el perfeccionismo es un bloqueo muy destructivo. A menudo nos decimos a nosotros mismos que el perfeccionismo es «tener estándares», pero de hecho es un factor que paraliza. Completa las siguiente frase 10 veces lo más deprisa posible con lo primero que te venga a la cabeza:
Si no tuviera que hacerlo perfecto…
El crítico interior: todos tenemos un yo crítico, esa voz que cuestiona y sabe mejor que nadie cuál es nuestro talón de Aquiles. Ponle nombre a tu crítico. Tal vez desees llamarlo como alguien - un maestro o pariente que te subestimó en el pasado o un personaje villano de animación -, o puede que prefieras inventarte el nombre. Responde a lo siguiente:
¿Cuál es el comentario más habitual que te hace tu crítico? ¿Cuál es el reproche de tu crítico que eres más propenso a creer? ¿Qué es lo peor que te ha dicho tu crítico jamás?
Ahora, convierte en positivo lo peor que te haya dicho tu crítico. Si, por ejemplo, te reprocha que nunca serás original y que no tienes nada que decir, convierte esto en «Soy completamente original y tengo muchas cosas que decir. Lo que escribo tiene frescura, es interesante y único».
Hacer saltar los bloqueos por los aires: del uno al veinte, escribe cada temor, resentimiento, motivo de enojo y preocupación que tengas con respecto a tu proyecto. Cuanto termines, fíjate en que, a pesar de tus temores, dispones de asombrosas reservas de energía y determinación para seguir adelante.
El lugar: describir el escenario por escrito nos conecta con los lectores, y viceversa. Este ejercicio consta de dos partes: primero, elige un espacio de tu casa y siéntate a describir ese lugar en un párrafo. Después, haz lo mismo con un lugar de la calle.
¿Qué puedes plasmar del entorno sobre el papel? ¿Qué olores, sonidos y colores percibes? ¿Qué temperatura hace? ¿Qué ambiente se respira?