primer acto
estoy escribiendo esto un viernes y tengo una boda. este hecho no resultaría nada extraordinario si no fuera porque me he propuesto dejar de beber alcohol durante seis semanas como parte de mi proceso de el camino de la escritura. y hoy no sé qué hacer: sobrellevarlo como pueda o concederme un permiso.
no es la primera vez que me autoimpongo un periodo de sobriedad. ni la segunda, ni la tercera. y seguramente no será la última. una vez hasta pensé que podría ser la definitiva. pero el alcohol siempre encuentra su camino de vuelta.
cuando intento hacer memoria me doy cuenta de que no recuerdo la primera vez que bebí alcohol. calculo que fue viviendo en palencia, con quince o dieciséis años, en alguno de los bares de la calle del ocho pool. y supongo que fue con alguna copa en vaso de sidra de una bebida azucarada, estilo malibú, y una mezcla aún más azucarada, estilo blue tropic. confío en que alguno de los que estáis leyendo esto compartierais ese momento conmigo y me lo podáis recordar con detalle.
entonces aprendí a usar el alcohol para soltar mi rigidez, liberar un poco la mente, conectar con más facilidad con otras personas, sentirme parte del grupo y vivir experiencias excitantes. el problema llegó después del uso continuado durante años, cuando el exceso se convirtió en largas horas de pérdidas de memoria, en días y días de resacas hiper-depresivas y en una sensación constante de insatisfacción y de haber perdido el rumbo de mi vida.
tengo que decir aquí que no bebo a diario. como casi todos, bebo en compañía de mis amigos los fines de semana, y de hecho solo suelo beber cerveza. pero lo hago en cantidades ingentes y desde un lugar muy poco saludable. solo me di cuenta cuando empecé a hacer daño a gente que quería, a provocar discusiones, a dinamitar mi vida desde dentro cada vez que salía.
es como si el alcohol sacara de mi a mi peor enemigo sin otro objetivo que sabotear mi vida entera. me convierto en alguien a quien no le importo lo más mínimo, que no conoce límites y que arrasa con todo lo que ve. las cosas que construyo sobria, las destruyo ebria cada vez que tengo oportunidad.
mi periodo de sobriedad más exitoso ocurrió en 2022. estuve un año, que se dice pronto, sin probar una sola gota de alcohol. cumplí 30 años sobria y fue un viaje, y no precisamente divertido. estar un año sin beber alcohol significó aprender a irme antes de los sitios, a buscar la mueca cada vez que pedía una bebida sin alcohol, a organizar mi vida alrededor de no beber, intentando no ponerme trampas a mi misma. tengo la sensación de que me pasé todo el año llorando.






la autoexigencia y la frustración son difíciles, pero lo más difícil del camino de la sobriedad es que tienes que hacerlo solo. nadie te va a acompañar, nadie va a dejar de beber alcohol contigo, y te vas a sentir desconectada de todos en cuanto medien de su lado dos o tres cervezas. dejar de beber es acercar los pies al abismo de la soledad.
[…] porque en el fondo, y justamente en las cosas más profundas y más importantes, estamos indeciblemente solos, y para que uno pueda aconsejar a otro o, lo que es más, ayudarlo, y para que siquiera una vez se obtenga buen éxito, mucho debe suceder, mucho debe ser logrado, toda una constelación de cosas debe cumplirse.
Cartas a un joven poeta, Rainer Maria Rilke
después de aquel año volví a beber intentando moderar las cantidades, pero la moderación nunca ha sido lo mío. siempre me despisto un segundo, tropiezo y el enemigo interior está preparado para coger las riendas y desbocarlo todo. así que para mi esta, como por desgracia muchas otras, es una cuestión de todo o nada.
podría seguir horas escribiendo sobre la relación del uso del alcohol con el autoconcepto y la autoestima, sobre todas las situaciones sociales en las que bebemos alcohol por defecto, y sobre unas cuantas herramientas que recomiendo para quien quiera dar un sorbo a la sobriedad.
pero tengo que prepararme para una boda en la que todavía no he decidido si beberé alcohol o no. el próximo sábado, sea lo que haya sido, escribiré sobre ello en el segundo acto.
Te mando un abrazo 💖
Querida Carlota,
Ojalá no bebas hoy. No estás tan sola.
Abrazo 🌻