como ya es costumbre, la primera carta de este mes la quiero dedicar a rescatar algunas ideas abandonadas en las notas del móvil a las que me gustaría dar espacio para tomar forma.
digo que ya es costumbre porque con este son 3 los meses consecutivos en que publico este formato, y eso me parece bastante para considerarlo costumbre: os dejo por aquí también la primera carta de julio y la primera de agosto.
la ternura existe y salvará el mundo
[…] la supervivencia radica en la cordura, y ésta se encuentra en prestar atención. Sí, decían sus cartas, la tos de papá está peor, hemos perdido la casa, no hay dinero ni trabajo, pero los lirios florecen, la lagartija ha encontrado un rincón soleado, las rosas aguantan a pesar del calor.
El camino del artista, Julia Cameron
digo esto con la inocencia y el narcisismo propios de un niño (nos disparan a nosotros, gritó mi hermano la primera vez que vio fuegos artificiales): estoy convencida de que candi, la persona que limpia las escaleras de mi edificio, ha sido puesta por el universo específicamente para mi como recordatorio diario de que la ternura existe y salvará el mundo.
todas las mañanas cuando salgo con nala a pasear la llama por su nombre y le da una chuche. esto significa que candi es el tipo de persona que te pregunta por el nombre de tu perra, y en su tiempo libre va al supermercado y gasta su dinero para poder verla contenta una vez al día, todos los días.
creo que la ternura - en las personas, en las cosas, en la vida abriéndose paso pese a todo - es un tipo de magia que nos devuelve al presente y nos calienta el corazón. y aunque no siempre es fácil encontrarse con ella, el simple hecho de buscarla es una herramienta poderosa: la recompensa de prestar atención es siempre la cura.






lo inevitable de la realidad
llevo unas semanas dándole vueltas a la idea de lo inevitable de la realidad: el hecho de que las cosas sucedan de una determinada manera es prueba suficiente de que no podían suceder de otra. si otros escenarios fueran posibles, serían también reales (y sin embargo no lo son).
no quiero decir con esto que el destino esté escrito en las estrellas por un dios - bueno o quizás malo, porque mira qué desastre - y que nosotros seamos meros espectadores de su obra infinita. creo en la voluntad intencionada y en nuestro poder de decisión.
simplemente quiero recordarme que, cuando el ahora se reafirma, el duelo de todo lo que no es pierde sentido. y que, en lugar de mirar atrás y lamentar con culpa una ilusión de realidad, más me vale decidir qué quiero hacer con todo este presente.
los lugares comunes del duelo
me gusta leer sobre el duelo. no en un sentido abstracto y teorético sobre las cinco fases de kübler-ross, sino en un sentido concreto y compartido: me gusta leer a sara torres en lo que hay, a kate zambreno en mi libro madre, mi libro monstruo, a rosa montero en la ridícula idea de no volver a verte.
me gusta porque me reconforta encontrarme con ellas en los lugares comunes del duelo. me alivia saber que ellas han tenido los mismos pensamientos pequeños e insignificantes que yo. y me ayuda a entender la universalidad de las emociones y - a veces, cuando hay suerte - a separarme durante un segundo del ego.
Todo parece imaginario. Su prisa, los rituales fúnebres, hasta la misma muerte. […] Después sigo las pautas: varios minutos de viaje, silencio. Me dejo arrastrar hasta la sala que alquilamos para velar un féretro de madera tras una ventana de cristal. Empieza a llegar la gente […]. Dice ese señor algo así como que tengo que ser fuerte, ahora no es momento para llorar, tengo que guardar la compostura para no molestar al resto de mi familia. […]
No recordaré casi nada del funeral. Me preguntan si quiero leer algún texto […]. Pero ¿cómo voy a escribir algo así en un par de horas? Y sobre todo, ¿con qué entereza voy a leerlo o voy a echarme a llorar en la parte más alta, más visible de la nave central? Declino la propuesta. No estoy preparada […]. El cura elige un pasaje sin sentido […]. Y mi rabia por tener que escuchar ese panfleto en su ceremonia de despedida. […]
Cuando al final de la misa la multitud comienza a acercarse para darme el pésame, me siento absolutamente incapaz de recibir de golpe todas esas caras. Una señora que no puedo reconocer me pone su mano en el pecho y con cara lastimosa comienza a repetir: «Pobre niña, qué pena de niña».
Sara Torres, Lo que hay
seré breve con las noticias:
🦎 entreoctubres tiene ya más de 100 suscriptores. esto es una realidad desde hace cosa de un mes, pero no lo había anunciado por miedo a que esas más de 100 personas decidieran al mismo tiempo, por el mismo o diferentes motivos, salir corriendo de aquí en una especie de estampida descoordinada. gracias a cada uno por acompañar y por leer.
🖋️ he empezado el camino de la escritura de julia cameron, un programa de 6 semanas de herramientas y ejercicios para conectar con nuestro yo escritor. como sé que hay algunos por aquí, he pensado en hacer de este un viaje compartido: el primer post ya esta disponible - podéis leerlo y suscribiros para recibir las reflexiones y registros semanales en este link.
👁️ he decidido que en los próximos días voy a abandonar mis cuentas secundarias de instagram (@entreoctubres y @analogmoira) y volcar todos los proyectos en mi cuenta principal (@charlottemoira). el único motivo que tenía para mantener tres cuentas era la simple vergüenza. ahora entiendo que no tiene sentido: todas esas soy yo, y la gente que me conoce también puede apreciar lo que hago.
Apuntadísimo el de Sara Torres ahora mismo 💚
Enhorabuena por tus 100 suscriptores!!!! Ojalá vengan muchos más y podamos seguir disfrutando de tu escritura 💚 El libro de Sara Torres también me gustó mucho, lo leí el verano pasado y lo recuerdo con cariño.