¿por qué escuchas las canciones que escuchas? puede parecer una pregunta abstracta, pero de este lado estoy esperando una respuesta binaria: ¿por la letra o por la música? creo firmemente que existen dos tipos de personas en el mundo, y caer a uno u otro lado depende precisamente de esta cuestión.
para los que entiendan la referencia, yo me declaro abiertamente equipo drew barrimore. para los que no, os recomiendo ver la película estas navidades aunque tengáis que pagar 3.99€ en amazon prime para hacerlo. en cualquier caso, lo que quiero decir es que yo escucho las canciones que escucho por su letra, sin ningún tipo de duda.
rara vez me interesa una canción que no parece escrita específicamente por o para mí. lo sé, suena horrible, pero es así: sólo me engancho a las canciones que cuentan mi historia. y siendo justos, esto me pasa también con casi todos los libros que leo y casi todas las películas que veo. como si en el arte solo me interesara la posibilidad de conectar, de sentirme extrañamente unida a otra persona que en otro contexto, otra vida, o incluso otro siglo, ha sentido algo parecido a lo que estoy sintiendo yo.
como si eso me ayudara a poner las cosas en su sitio, a restarles importancia, a humanizar mis experiencias, a darme cuenta de que nada es tan importante, de que todos vivimos lo mismo una y otra vez, y pasamos por los mismos dolores y los mismos miedos una y otra vez. y de que muchas de las cosas que en un momento me puede parecer que van a acabar conmigo no son más que parte de la experiencia de estar viva.
toda esta teoría explica por qué me interesa tanto tu spotify wrapped, supongo. porque de alguna manera transforma la pregunta que me hago hoy en algo mucho más concreto — ¿por qué has escuchado en bucle durante todo el año cada una de las canciones que has escuchado en bucle durante todo el año?, ¿con qué te han hecho conectar?, ¿qué te han hecho sentir?, ¿qué te han contado de ti mismo que ni tú mismo sabías?, ¿qué narrativa te han ayudado a formular o a sostener?
el otro día hablando con mi amiga asun sobre esto se acordó de algo que hacíamos hace muchos, muchos años (alerta nostalgia millennial): elegir cuidadosamente una parte pequeñita de la letra de una canción para mandar desde nuestro nick de messenger un mensaje de amor secreto al aire, esperando que el otro estuviera lo suficientemente espabilado para recibirlo. ¿por quién va esa canción?, nos preguntábamos entre nosotros. por nadie, es que me gusta, respondíamos siempre con bastante descaro.
pero yo hoy no tengo intención de escurrir el bulto, sino de aprovechar mi spotify wrapped 2024 para intentar un ejercicio creativo en el que llevo pensando unos días, y que animo a quien quiera a probarlo. consiste en usar parte de la letra de algunas canciones para escribir las historias con las que me conectan. usar sus versos como hilos de los que tirar para intentar responder, una vez más, a la pregunta: ¿por qué escucho las canciones que escucho?
corrientes circulares en el tiempo
esta es una canción que me lleva acompañando muchísimo tiempo, y a la que sólo ahora he conseguido dar un significado más allá del supuesto amor cortés del que siempre quise pensar que hablaba cuando decía quiero tenerte dando vueltas a mi lado todo el tiempo. y es que después de todo lo vivido intuyo que su letra puede ser más bien la anatomía de una caída.
este año he experimentado lo que es estar asustado, sintiéndome enfermo, como una temporada en el infierno. y he podido conectar con lo que significa verse a uno mismo intentando ver una salida, encontrando más problemas todavía. ahora, y no antes, he conseguido entender que las secuelas de los viejos días estarán conmigo el resto de mi vida.
pero el verso que sin duda es culpable del bucle en el que me he encontrado atrapada por los planetas es el que dice: me quedé dormido un momento y los valles se cambiaron por desiertos. de alguna manera me ayudó a reconocer enterrada en las profundidades una pizca de culpa por el agujero en el que he caído en el último año.
me quedé dormido un momento, en un despiste, por un descuido. y cuando me quise dar cuenta los valles se cambiaron por desiertos, lo había perdido todo, por torpe, por negligente. como una suerte de ilusión del control que me machaca: si no te hubieras dormido, otro gallo cantaría. no sembraste los valles, y ahora no hay nada que recoger.
réquiem
cuando escucho esta canción siento como si mi ex la hubiera escrito para mí. él y yo tuvimos una historia más o menos larga y más o menos turbulenta; muy poco tiempo como novios, demasiado tiempo como amigos (siempre hemos sabido que es una mala idea, chicas).
lo que nunca me esperé es que le pusiera fin largándose de la ciudad sin decirme nada. simplemente hizo sus maletas y desapareció, hasta hoy. por eso escuchar a cora yako interpretando el papel del que se marcha ha conseguido darme el descanso que me merezco. recibo cada verso como la carta de despedida y la explicación que él no me supo dar. porque las canciones también tienen ese poder.
y es que me lo puedo imaginar a él diciéndome exactamente esto: sólo espero que al escuchar esta canción puedas entender por qué me voy. y esta mal pero no tengo tiempo de decir adiós. es que me quiero alejar de ti, y salir corriendo. pienso, ¿cuáles son las posibilidades de que esto le haya pasado a alguien más? al parecer infinitas, y por eso el arte es imprescindible.
hoy, dos años después, por fin puedo decir con tranquilidad que sí, que ya lo he entendido: no quieres verme más.
lo mejor que podría pasarme
para mi ésta tampoco es una canción de amor, sino que habla de raíces (en concreto de las mías cuando la escucho yo, claro). y más concretamente de mis mudanzas, y de la decisión de este año de venirme a madrid.
el verso culpable del bucle es el que dice: fuimos a todas partes, y de todas partes me marché. y es que es precisamente así como me siento, sin hogar, buscando a tientas un lugar del que no querer marcharme, cambiando de casa, de ciudad, infinitamente. y topándome siempre al final del camino con la misma sensación: y me encontré en medio de ninguna parte, sin ninguna parte a dónde ir o dónde quedarme.
hubo un momento este año pasado en el que me rendí, me encontré en valladolid sintiéndome realmente mal, sin ganas, sin vida, y con una idea bastante peligrosa arraigándose sin vergüenza: la de que seguir como estoy es lo mejor que podría pasarme.
por suerte (y por fuerza), conseguí sobreponerme, reconectar con mi voluntad, con mi poder de decisión, dar un paso al frente, volver a arriesgar, a tomar cartas en el asunto, intentarlo una vez más.
os voy a dejar aquí la lista de reproducción de mis canciones más escuchadas en 2024, porque compartir música es bonito, pero también para que les podáis dar una segunda vida, para que las interpretéis de forma que cuenten vuestras historias y no la mía. porque creo firmemente que las canciones se escriben y reescriben cada vez que se escuchan.
Team letras, y me pasa también un poco que si no me dicen algo de mi vida no me enganchan 😂
🙋🏻♀️ Totalmente por la música, la voz es un instrumento más. Puedo tararearte aleman, francés o italiano sin tener idea de lo que digo (aunque chapurreo algo si es necesario). ¿Te gusta la poesía? ¿Crees que puede extrapolarse?